31 de octubre de 2021

 



Noviembre del 2021. Noveno cumpleaños.

Mi querida niña, mi María del Mar, han  pasado nueve años desde la primera vez que te escribí, tu tenias tus primeros meses de vida y lógicamente no sabías leer y yo he esperado pacientemente que fueras mayor para que me pudieras leer ya habrás leído lo que con tanta ilusión te escribí. Tú eras mi primera niña de mi descendencia y mi primera ilusión eras y eres la niña de mis ojos y lo sigues siendo. Como te he ayudado a crecer y te he rozado tanto, el amor que siento  por ti es inmenso.

Verte crecer ha sido y es mi gran felicidad, verte tan linda, tan responsable,  inteligente, tan alegre es en resumen la gran satisfacción de este abuelo tuyo que se le cae la baba al escucharte hablar con ese gracejo y facilidad de palabras que Dios te ha dado.

Ya cuando me ves por la calle y abres tus brazos y corre hacia mí y me abraza diciéndome, abuelo, abuelo  y tu hermanito Miguel te imita y corre hacia mí me hacéis el abuelo más feliz de la tierra ya que esos abrazos son dobles, repetidos simultáneamente.

Como ya eres mayor y sabes valorar lo que tienes, y lo más importante son los buenísimos padres que tenéis, esto te lo digo con una seguridad grande ya que te hablo con propiedad y conocimiento de causas.

Ahora tienes una nueva etapa para vivir, y quizás sean los estudios lo más aproximado e importante, estudias mi niña, imita a tu madre que ella sola se ha labrado con mucho sacrificios su brillante porvenir, tienes muy cerca un buen espejo donde mirarte, sin olvidarte de tu padre, ese hombre bueno y trabajador que os mima tanto a tu hermano como a ti.

Me llevaría mucho tiempo escribiéndote, se me para el reloj, pero los viejos somos muy pesado y temo cansarte, sólo pedirte que me quieras como yo te quiero a ti. Ya me despido,  quedándome un amargo de no saber expresarme como quisiera por eso te digo y te repito que estudies mucho, mi niña.    Tu abuelo Pepe.